viernes, 25 de diciembre de 2009

EL MUÑEQUITO DE NIEVE



Era aquel muñequito
de nieve
tan pequeño y grande
a la vez.
¡Me recordaba tantas horas!
Cuando lo miraba
y seguía mirándole
tras los cristales
me parecía que, todo,
el mundo entero
estaba en mí
por unos momentos.
-Qué ilusa…
pensar así
casi una niña.
-No es tan ridícula:
el sentimiento es inmenso
y en su evolución
va viviendo la emoción
de cada instante,
el camino del reloj
y el sabor de su visión.


M. Godúver

1 comentario:

viky frias dijo...

Por fin la nieve te ha inspirado
un poema de añoranza.
Me parece verte, niña pequeñita,
emocionada con un muñeco
que no durará mucho tiempo:
justo el breve intervalo
entre la nieve, la ilusión, que desciende
y el sol, la realidad, que derrite los sueños.