miércoles, 17 de febrero de 2010

IMPRESIONISMO


No sé a qué hora llegó,
la emoción
había parado el reloj.
Después el tiempo
nos abandonó
y se convirtió
en instante
lo que fue una tarde.


M. Godúver


1 comentario:

viky frias dijo...

En los momentos de felicidad
el loco reloj interior
se salta los límites de velocidad;
la razón no gana para multas.