domingo, 11 de abril de 2010

MEMORIA Y SEXUALIDAD DE LAS MUJERES BAJO EL FRANQUISMO: ME SIENTO ENTRE ALGUN@S DISIDENTES



Se inicia su presentación
por los altos cargos
y la dirección.

Se sienta una,
se sientan dos,
se sientan tres…

Comienzo de fiesta:
sale Juliano a la palestra
y nos deja con la boca abierta,
de los modelos de sexualidad
es de lo que va a hablar.
Su discurso versa
sobre las buenas y las malas:
esencialidad en la prostitución
y las lesbianas salían mal paradas.
Interesaban las sumisas,
poco respondonas y reprimidas,
al menos ante los demás
porque de puertas adentro
quién lo sabrá.
Memoria pensada, memoria vivida,
Albarracín nos presenta a Salmerón
para que nos cuente
lo mucho que disfrutó.

Se sienta una,
se sientan dos,
se sientan tres…

Sánchez se explaya
con las 'individuas'
que el término en sí mismo
da para mucha teoría.
Osborne no sólo dirige,
coordina, investiga, examina…
abarca tanto que va con prisas,
el tiempo nos limita.
Nos presenta a Carlota
y una familia rota,
sus hijas la rescatan
de un pasado que mata.
El tema de la prostitución,
se lo dejan al Jean-Louis
que no es de aquí.

Se sienta una,
se sientan dos,
se sientan tres…

Don Enrique, el psiquiatra,
pretende dar la lata
y reivindica la república
en un museo “de la democracia”
que nos lega la dictadura.
Nos cuenta lo de Hildegart
y su mamá.
Y el Jordi Monferrer
con su Serrano Vicéns
nos da a conocer
todas las encuestas
que nos legó el tal señor
con bastante ayuda y devoción.
Y si de la masculinidad
en lo lésbico
nos tienen que ilustrar
mejor veamos a una de verdad:
Raquel/Lucas nos lo mostrará.


Se sienta una,
se sientan dos,
se sientan tres…

Las monjas y las falangistas,
unas por los votos y otras por reprimidas
son (anti)modelos de sexualidad,
se entiende la femenina.
Y llega la Molina
que es una mujer que afina
para hablar, en primera persona,
de las elites femeninas y de las monjas;
se centra en las del sagrado corazón
por aquello de la pasión.
La profesora Juliano
nos reserva otro bocado
y podemos degustar
cómo es capaz de enseñar.
Habla de las monjas carcelarias
y como buena disidente
considera a una mujer cualquiera
con presunción de inocencia.
Pasamos a la sección femenina
con vídeo-conferencia incluida,
Martins y Sterenberger
son quienes la investigan.


Se sienta una,
se sientan dos,
se sientan tres…

Y llegamos a la transición
donde se siguió asesinando a un montón.
La feminista más conocida, Lidia Falcón,
nos deja constancia de su distinción,
incluso olvida dar las gracias
a la persona que la ensalza.
Vila y Pernas
nos presentan la época
de los setenta
y aquellos aires de libertad
que en gran parte están por llegar.
Se clausura con una dramatización
que nos emocionó
por aquello de la semana en tensión
y por lo que nos contó-tocó.

Se sienta una,
se sientan dos,
se sientan tres...

Durante el fin de semana
el sábado nos reímos
con las lesbianas
y el domingo lloramos
con el trabajo de Armengou
y Ricard Vinyes
sobre los niños perdidos
del franquismo.
Finalmente nos alegramos
de no ser modelos
de aquella sección femenina
que tanto nos sometía.
Después de tanta lección
el ‘finde’ más sesión,
de vídeos se entiende,
que hay más gente
detrás de la cámara
y se destaca.

Concluye un extraordinario
seminario dirigido
por alguien que se lo ha currado.

Se marcha una,
se marchan dos,
se marchan tres…


M. Godúver

1 comentario:

viky frias dijo...

Una crónica muy entretenida,
escrita en verso,
de un seminario que ha sido un éxito.
En pocas palabras me he enterado
de lo que allí se ha tratado.
A partir de ahora sabemos un montón
de la represión en tiempos del dictador.
Debería haber un seminario cada semana
para reunirse con monjas, lesbianas,
mujeres republicanas
y también con estudiosas
que nos aclaren las cosas.