sábado, 27 de febrero de 2010

LUNA CON LLUVIA


¡Esta noche
está llorando
la luna!

Una sutil línea
azul en su rostro
me trasmite cercanía:
ella, silente y pensativa;
yo, en silencio receptiva.
En este momento me mira
y mis ojos la acarician.


M. Godúver

miércoles, 17 de febrero de 2010

IMPRESIONISMO


No sé a qué hora llegó,
la emoción
había parado el reloj.
Después el tiempo
nos abandonó
y se convirtió
en instante
lo que fue una tarde.


M. Godúver


viernes, 12 de febrero de 2010

EL MANDIL DE PIEDAD






Lluvia en las calles
de mi infancia,
barro que transporto
a los portales,
esteras de esparto
protegen la entrada.
Traspaso a toda prisa
la oscura cocina
y veo a la izquierda
la puerta de las cámaras,
¡tan siniestra!,
esas estancias
frías y desoladas…
Llego hasta el fogón
tras cruzar el porche
y me espera su regazo:
un mandil calienta
mis gélidas manos.


M. Godúver

lunes, 8 de febrero de 2010

CONFLUENCIA EN LAS CALLES






Fue muy tarde,
después de exhibir
tu voz y yo
escucharte
nos besamos
tras los cristales
al cobijo
del aliento
al empañarse.



M. Godúver

domingo, 7 de febrero de 2010

EL TRANSCURRIR DEL TIEMPO




Cuando la situación
me sobrecoge al ver
al bebé llorar de dolor
no sé qué puedo hacer.
De niña corría alegre
cuando jugaba
por el pueblo,
no recuerdo a qué,
hace ya tanto tiempo.
Mi adolescencia
fue estupenda
porque me aficioné
a la lectura
y el placer
que experimenté
todavía perdura.
Viví una juventud
llena de dudas
pues era muy
difícil saber
qué acontecería después.
La madurez se
marcha tan rápida
por lo mucho que me pasa
que voy a llegar a la vejez
en el próximo traspiés.

Una mirada atrás
y vuelta a empezar.


M. Godúver

miércoles, 3 de febrero de 2010

A MI MAESTRO Y AMIGO


He paseado por el jardín
de La colina de los chopos,
he visto una exposición
y he recordado un poco
aquella primera vez
que subí acompañada
por aquel entrañable amigo
que me mostraba
sus lugares favoritos.
Cuando me contaba
sus ‘batallas’ la cara
se le iluminaba
y, siempre lloraba,
cuando algo de la guerra
impuesta relataba.


M. Godúver