martes, 1 de marzo de 2011

UN FRONTÓN



Detrás del patio
de la librería
contemplo el lateral
neomudéjar de un edificio
que está en ruinas,
luego coloco los libros
en las estanterías.
Al principio pensé
que pudo ser un convento
-acabábamos de trasladarnos-
y con el tiempo
me han informado
quienes están dedicados
a salvarlo
que se trata de un frontón:
Beti-jai lo llaman
y debe ser estimado
a juzgar por lo que me han contado.


M. Godúver

1 comentario:

viky frias dijo...

Estamos rodeados
de restos del pasado.
¿Quién construyó ese frontón,
quién lo utilizó?
Los lugares que habitamos
se quedarán mudos
cuando nos vayamos.