lunes, 11 de abril de 2011

EL DOLOR DE OTROS




Se me cae el sol encima,

su reflejo en los cristales

me avisa de la tragedia,

sucede con mucha prisa.

Son instantes de sorpresa

y todo pasa enseguida.

Momentos tan fugaces

de estupor me recuerdan

las escenas de dolor

y pasmo de tantas guerras,

de catástrofes naturales

que dejan a mucha gente

fuera de su hogar, en la calle.

¡El pobre corazón tiembla!



M. Godúver

1 comentario:

viky frias dijo...

Nos parece estar aposentados
en suelo firme,
pero la dura corteza de la tierra
es solo un conjunto de placas
que se deslizan unas sobre otras.
Nuestro destino
es tan incierto como el de esas placas:
basta un resbalón a destiempo
par que sueños, proyectos, vida,
en un instante
se reduzcan a cenizas.
¿Y para eso vamos atesorando
con tanta codicia?