jueves, 18 de mayo de 2017

TRAS LA TORMENTA





Se oían rezos en el interior
de la casa de mis abuelos.
“Santa Bárbara bendita…”
El miedo cerca de ella no
 no existía, ensimismada
en sus diferentes tareas

demostraba valentía.

1 comentario:

viky frias dijo...

Trabajo, más trabajo.
¿Será el miedo una emoción
para desocupados?