A veces se me
cuela la luna
por la apertura
de la ventana
hasta mi cama.
¡Quién fuera luna
para colarme
yo en la tuya!
Duerme, mi niña,
duérmete ya
que la luna
te vela,
ve a descansar.
Puedo acercarme
como la espuma:
suave y blanda.
Sin molestarte
llegar y mirarte
con mucha calma.
Duerme, mi niña,
duérmete ya
que la luna
te vela,
ve a descansar.
¡Transformarme
en tus sábanas
para abrazarte
mientras descansas
y despertarme
contigo al alba!
Duerme, mi niña,
duérmete ya
que la luna
te vela,
ve a descansar.
.
M. Godúver
jueves, 14 de agosto de 2008
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