En los inicios hubo un faro.
Componíamos notas mágicas,
entre risas y miradas
las frases sonaron cálidas.
Los intervalos eran largos
y subíamos a la montaña
a una casa de colores
para desmontarla.
Aquellos viajes en coche
que nos acercaban
los recuerdo
con una sonrisa amplia.
En esta fotografía
puedo ver el agua
semejante al momento
en el que vivo, en calma.
Y ese faro solitario
no cuenta lo que aguarda.
M. Godúver
1 comentario:
Sin las luces del faro
mal se van a orientar
los que llegan a puerto
en las noches oscuras.
El faro es guía segura,
y al mismo tiempo
señal de soledad.
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