Un sonido de caracola
interrumpió el silencio.
Miré a lo lejos
entre azules y sombras…
aquel mensaje
me devolvió a la realidad
y me apresuré a contestar
con una frase
lacónica y precisa
para acudir a una cita.
M. Godúver
1 comentario:
Conviene apagar las caracolas
al entrar al concierto
porque su melodía preferida,
el vals de las olas,
puede sonar a destiempo.
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