viernes, 5 de mayo de 2023

EXILIO INTERIOR Y PIEDAD EN MARÍA ZAMBRANO

 

EXILIO INTERIOR Y  PIEDAD EN MARÍA ZAMBRANO

 Al grupo Liberadillas ideado por Viky, sus componentes en principio fuimos cinco y hemos quedado cuatro: Viky Frías, Lola Gil, Esther González y quien escribe la dedicatoria.

 

Escribo desde la soledad en la que me encuentro, pues motivos personales y esta pandemia me han llevado a dar tumbos de un lado para otro durante más de cuatro años. En este momento vivo en Andalucía, muy cerca del lugar donde nació María Zambrano, la filósofa veleña. Cuando me instalo en una nueva ubicación, una vez acabada la infraestructura que me permite vivir un poco cómoda, de manera natural a mí como algo intrínseco de lo que no puedo desasirme, la mayor parte del tiempo que me queda de ocio, a lo que me dedico es a leer y a seguir adquiriendo conocimientos, a escribir un poco o volver sobre lo escrito anteriormente. Y me encuentro reflexiones más extensas o pequeñas notas en archivos y más archivos, incluso en alguno de mis blogs en los que escribí a partir del 2008 y hasta el 2017. Gracias a uno de estos blogs llamado Un cuaderno conocí en el día a día a Viky, mi compañera de escritura desde entonces, nos divertimos tanto aquellos meses de intercambio a cuatro manos desde la más cercana distancia, ella escribía en Barcelona y yo en Madrid, gracias a Internet y las nuevas tecnologías nuestro contacto a distancia se convierte en tiempo real. ¡Qué tiempos aquellos!

Por cierto, Madrid es la ciudad que yo elegí para vivir, es el lugar donde yo he sentido que formaba parte de cada aliento de la misma, de sus lugares más recónditos, de sus entrañas…, y no sé si podré volver a vivir allí. A María Zambrano la ayudaron a volver a Madrid, vivió allí los últimos años de su vida, ella volvió. La mujer de papel con la que he compartido más horas a lo largo de mi vida ha sido con ella, la Zambrano me ha proporcionado horas y horas de lectura, pensamiento, argumentación, meditación; y escribir algunas líneas por mi parte sobre ella, también me ha llevado a escribir partiendo de lo aprendido con ella. Cuando llegué a Andalucía y, gracias a mi sobrino Jose Antonio que me regaló cuatro libros de María Zambrano con motivo de los reyes magos para que tuviera más libros en casa, pensé que tenía que retomar la investigación y estudio sobre la filósofa, pero de manera diletante, dejarme llevar y ver si me inspiraba escribir más acerca de ella. Me encontraba inmersa en esas intenciones cuando recibí una misiva a través del correo electrónico donde se me proponía que escribiera algo sobre este momento de pandemia y el futuro que nos espera. Y María Zambrano surgió, como una luz a seguir, en este denso bosque enmarañado que se ha ido formando por estas circunstancias adversas en las que está sumida la humanidad.

Mi amiga Esther, una de las participantes en el grupo Liberadillas, me estaba proponiendo que escribiéramos algo sobre la situación actual y aventurarnos a dar una respuesta de futuro. ¡Vaya asunto!

Bien, pues se me ha ocurrido unir mi intención y su propuesta, a modo de investigación, tratar de descifrar a través del legado zambraniano qué nos diría ella al respecto. Y el camino que emprende para vislumbrar la piedad,  también me vale a mí, puesto que el camino hacia la piedad puede ser diverso, una luz que nos alumbre y nos sirva de guía, encaminarnos hacia una de las diversas utopías. Algo así como conseguir un estado de gracia, a la manera weiliana, donde la vida ya no se puede vivir de otra manera sino en ese despertar de la conciencia y el corazón,  Simone Weil fue tan coherente que lo vivió hasta las últimas consecuencias y se dejó llevar.

Momentos de crisis, como esta crisis sanitaria que padecemos hoy, a nivel global a causa de la pandemia y con una información en tiempo real, no han podido ser vividos hasta ahora porque los logros alcanzados en la ciencia y tecnología por la humanidad son los que son y no se contaba antes con ellos, la globalización se ha conseguido, en la enfermedad ya lo hemos experimentado bastante. Crisis, lo que entendemos por crisis siempre se han dado en la sociedad, ya sea en una nación, en todas, ahora comprobamos que este problema sanitario se extiende a todos los hogares del planeta. Parece que fue Einstein quien dijo aquello de que no sabía cómo sería la tercera guerra mundial, pero la siguiente se resolvería a pedradas por el poder de destrucción masiva que había alcanzado la humanidad. Hace tiempo que vivimos diferentes crisis mundiales, suelen ser económicas las más de las veces, aunque se encubren en sanitarias, políticas, sociales…, y ahora la economía es más global porque los avances científicos han ayudado a conseguir la globalización en todo, quizá, sea también por lo que cada vez nos afecta más a todos lo de todos. Tantas crisis que parece que haya llegado esta forma de vida en estado crítico para quedarse. Pues ya iremos viendo aquello que predijo Einstein, quien lo vea o veamos, en qué quedan estas múltiples crisis, algunas veces desencadenantes de guerras mundiales, y de qué manera se llevará a la práctica la siguiente crisis, catástrofe o guerra, y ya la verá quien la vea.

Las guerras, las crisis, las catástrofes naturales son un gran parón en la vida diaria y traen cambios sociales. Son momentos críticos que llevan al ser humano a límites casi insospechados, cuando se piensa que no puede llegar nada peor…, vaya si llega, y se presenta otro momento histórico que parece insuperable a sí mismo.

La filósofa veleña supo bien lo que son estos momentos adversos por los tiempos en los que le tocó vivir. Cuando parecía que la vida empezaba a sonreír a la sociedad española en general gracias a todos los avances que se consiguieron en educación, sanidad, igualdad entre hombres y mujeres; logros para vivir en una sociedad más justa, culturalmente hablando inmersa en la hoy llamada Edad de Plata, se les viene todo abajo. De lo que se sufrió aquel entonces en España se ha escrito bastante, tratemos de no olvidarlo para no volver a las andadas. Y qué decir de lo ocurrido en Europa, las hermanas Zambrano pueden dar buena cuenta de guerras, y vuelta a empezar en su vida personal y social.

La filósofa española tuvo que tomar el camino del exilio, como tantos otros más, salió junto a una cantidad enorme de hombres y mujeres que pensaban de manera diferente y lucharon en el otro lado por sus ideas, pero son los que se van o se silencian porque no se les permite desarrollar y poner en práctica una propuesta social, cultural y económica para todos los españoles, fueran de la ideología que fueran.

María Zambrano vivió un largo exilio que ha sido conocido por su  dedicación al estudio. Y desde ese exilio impuesto y llegado a él por tantas circunstancias adversas, ese exilio exterior por el que tiene que salir fuera de las fronteras españolas, desde ese exilio, me ha parecido, es capaz de bajar a los ínferos del alma y en ese reconocerse a sí misma, al que se puede llegar a través de un exilio interior, en las entrañas mismas del ser y, a través de un método, gracias a su bagaje filosófico y místico se encamina hacia un encuentro universal desde lo personal al que ella vislumbra y le da el nombre de piedad, retomando el concepto cristiano pero desacralizado y poniéndolo al alcance de cualquiera que se atreva a emprender el viaje. Las crisis es lo que tienen que necesitamos salir de ellas, qué menos. Es como he entendido yo a la filósofa.

María Zambrano se acerca al misticismo también a través de algunos pensadores del saber en cuestión, tuvo bastante influjo de San Juan de la Cruz, Miguel de Molinos y otros nombres de la mística sufí. Aprendiendo de esos gigantes,  por aquello de que caminamos a hombros de gigantes, que ella conoció le ayudaron a dar un paso más en la búsqueda de un método. Pero a la vez tuvo que conocerse más a ella misma desde ese llamado exilio interior, al decir zambraniano, y haciendo camino da con el concepto de piedad como escribí antes, quizá, cuando pensaba en la vida de su hermana Araceli. ¿Será una luz vista en los claros del bosque?

A mi modo de ver llegamos a estos momentos negativos que nos ponen  en jaque en lo personal y, otras veces, a la humanidad entera porque no sabemos vivir mejor. Aprendemos y desaprendemos lo aprendido como por arte de magia y cada cual tiene que encontrar su camino, pero a la manera machadiana: ¿Tu verdad? No, la Verdad, y ve conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela. Es como si, desde lo personal, tuviéramos que acercarnos a lo universal cuando lo que queremos lograr es una sociedad más justa. ¿Pero de qué verdad estamos hablando? Será de la que se pueda universalizar, de esa, de la que vale para ti y para mí. No de la tuya o la mía, que suele ser más egoísta porque la buscamos según nuestros intereses. Esa no nos vale para una sociedad más justa, necesitamos aspirar a una sociedad más justa para todos los habitantes de esta tierra.

María Zambrano desde los ínferos del alma y con todo su bagaje místico filosófico sale, como impulsada por un resorte, hacia esa luz que encuentra en los claros del bosque, con un método que es guía en un camino hacia la piedad.

Durante unos meses de esta etapa de pandemia, a modo de letanía o mantra, me dediqué a leer a esta filósofa, y encontré entre las entradas a un blog notas que subí en otro momento, esas entradas al blog me ayudaron también a saber algo más de ese camino zambraniano para dar con la salida de una crisis, salida necesaria. Quizá más que quedarnos con lo que nos llegue o lo que nos encontremos, lo que hay que considerar es qué respuesta podemos dar ayudadas con esos conocimientos, noticias o vivencias que nos llegan para poder cambiar el estado en el que hemos venido a dar, con ese devenir personal o universal en el que nos sentimos inmersas para salir de él.

Y así, si somos conscientes y nos guían pensamientos generosos y los buenos sentimientos, los que se pueden universalizar, parece que no nos queda otra que encontrar nuestro camino, la búsqueda de una guía, un método, que nos ayude a conseguir un proyecto, algún fin. Un estado en el que nos sintamos en plenitud y armonía con nuestra gente, con todos.

Lo consiguiera o no parece que es a lo que se encaminó María Zambrano y lo que me ha llevado a mí a acercarme más a ella a través de sus lecturas. ¡Allá en la luz! Es una posibilidad que, en esta época de crisis, hayamos aprendido a organizar nuestro día a día en un camino hacia una sociedad más justa. Esa posibilidad de luz que nos guíe por un camino hacia una utopía, llamada piedad o cualquier otro concepto que pueda unirnos y queramos conseguir juntos.

Somos animales racionales colmados de deseos, un manojito de deseos que me dijo una amiga, pero necesitamos salir de la inmanencia y trascender. Necesitamos acercarnos a la trascendencia sea como sea.

Cada cual en particular tiene que tratar de que su camino esté de acuerdo con sus ideas, pero, cada individuo será más coherente y vivirá más acorde con una justicia social, si el camino personal es bastante parecido a lo que se pueda compartir en un camino universal. ¡Es una posibilidad de acercamiento a la utopía!

 

 

 

En Marbella, a 23 abril de 2021.

Mercedes Merino Verdugo

 

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