¡Y tú tan cerca!
De vez en cuando
el abanico
de la butaca contigua
me acerca
tu perfume.
Respiro hondo
para impregnarme
con tu aroma
y no volverme loca.
Roce de antebrazos,
tu voz susurrando.
Qué contraste de
sensaciones cuando
siento tu piel
en mi piel:
calor y
frío a la vez.
Las imágenes de
la película
pasan entretenidas,
yo ensimismada
con tu cercanía.
Emites un suspiro
que me recuerda
a tus gemidos
en momentos
de intimidad que
hemos vivido.
¡Cuánto deseo
despiertas!
M. Godúver
domingo, 26 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario