Cuando llega por la mañana
huele a volúmenes almacenados,
algunos tienen muchos años,
esperan en el silencio de sus páginas
deslucidas que alguien les dirija
la mirada para volver a la vida.
Una tenue luz a lo lejos
se cuela por la puerta trasera
e ilumina una de las vitrinas,
en la sección de infantil cuelga
una muñeca con un sombrero,
está sentada y algo torcida.
Pasa las horas frente a una pantalla
a través de la cual se gestionan
los pedidos, las altas y bajas,
las cuentas que el negocio genera.
Una llamada la saca de la rutina
de ordenar y ordenar estanterías
con todo tipo de materias:
arte, deportes, historia, filosofía,
literatura, medicina, política…
¡libros viejos para un año nuevo!
M. Godúver
2 comentarios:
Los libros cobran nueva vida
en los ojos de los lectores.
Leer es entonces como un parto:
dar a luz, otra vez,
libros abandonados.
Las libreras
hacen de enfermeras;
ellas limpian, curan,
ordenan, clasifican,
y ponen mucho cuidado
en entregar cada hijo
al padre o madre adecuados.
Hermosa profesión, sin ellas,
los libros y sus lectores andaríamos perdidos por los anaqueles,
llenos de polvo y desorden alfabético.
¡¡¡Qué foto tan bonita!!!
yo de pequeñita
siempre soñé
una librería tener,
no para vender
si no para mucho leer.
Besos
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