
Se me cae el sol encima,
su reflejo en los cristales
me avisa de la tragedia,
sucede con mucha prisa.
Son instantes de sorpresa
y todo pasa enseguida.
Momentos tan fugaces
de estupor me recuerdan
las escenas de dolor
y pasmo de tantas guerras,
de catástrofes naturales
que dejan a mucha gente
fuera de su hogar, en la calle.
¡El pobre corazón tiembla!
M. Godúver
1 comentario:
Nos parece estar aposentados
en suelo firme,
pero la dura corteza de la tierra
es solo un conjunto de placas
que se deslizan unas sobre otras.
Nuestro destino
es tan incierto como el de esas placas:
basta un resbalón a destiempo
par que sueños, proyectos, vida,
en un instante
se reduzcan a cenizas.
¿Y para eso vamos atesorando
con tanta codicia?
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