Recuerdo
cuando
sentía
tu caricia
en mi piel,
mi boca
salada,
tu sonido
inconfundible,
ese olor a algas.
Los tonos de tus vestidos
son un regalo
para mis
ojos.
¡Estabas
ahí, mar,
y no pude
acercarme a ti!
M. Godúver
1 comentario:
El mar
el deseo
olas que van y vienen
jamás se quedan.
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