En una escuela
grande y fría
vi en el cajón
de una mesa,
en la habitación
de los útiles
de limpieza,
un extraño objeto
y, en uno
de los extremos,
una lente…
al mirar aparecía
una diapositiva:
en el centro
de la escena
estaba de pie
una niña.
¡Qué misterio,
qué armonía,
cómo me cautivó
aquella imagen!
Años más tarde
supe que era
de Velázquez,
sus Meninas.
Ahora, cuando miro
el cuadro, incluso
he conseguido verlo
con la sala vacía;
a veces me
transporta a
grande y fría
vi en el cajón
de una mesa,
en la habitación
de los útiles
de limpieza,
un extraño objeto
y, en uno
de los extremos,
una lente…
al mirar aparecía
una diapositiva:
en el centro
de la escena
estaba de pie
una niña.
¡Qué misterio,
qué armonía,
cómo me cautivó
aquella imagen!
Años más tarde
supe que era
de Velázquez,
sus Meninas.
Ahora, cuando miro
el cuadro, incluso
he conseguido verlo
con la sala vacía;
a veces me
transporta a
esos tiempos
en los que la
inocencia me
acompañaba
todavía.
en los que la
inocencia me
acompañaba
todavía.
...
M. Godúver
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