martes, 26 de abril de 2011

EN UNA VIGA

Y llegó la etapa
de los miedos…
entonces construí el nido
en una viga,
debajo de un techo que tenía
bastantes agujeros
y sus goteras cuando llovía.
En la pared lucían
por ventanas dos ojos negros,
algunas veces se colaban
rayos del sol al mediodía.
También había un columpio
y muchos trastos viejos
en aquella casa de otros sueños.


Un albatros

1 comentario:

viky frias dijo...

El desván, qué nido acogedor
para una infancia solitaria.
Allí era fácil la comunicación
con pájaros, nubes y antiguallas;
los humanos no entendían ni palabra
de aquellos sentimientos -la poesía,
que empezaba a fraguar en la pequeña alma.