En un instante plácido
de la tarde, casi pura,
la luz invade la estancia
a través de la ventana
y permite la lectura
del libro en su mano.
Desde otro ángulo…
la pienso de vez en cuando
y siento como en un arrebato
las vivencias de antaño.
Lo más hermoso sigue intacto,
permanece en silencio, velado.
M. Godúver
2 comentarios:
Lecturas sublimes
que evocan amores,
amores vivos
porque están escritos.
Los dorados árboles
velan el paisaje humano:
casas, animales,
niñas jugando…
Muy bonito tu poema y muy cinematográfico
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