
Nos encontramos
en un frío invierno
y se abrazaron los huesos.
Momentos inolvidables
en ríos de un tiempo
que me unieron a ti
más allá
de lo que tú puedas sentir,
más allá
de lo que yo pueda vivir.
M. Godúver
En agradecimiento a quienes nos legaron o legan sus escritos, de manera especial a mis maestr@s. Me vienen a la memoria tantos y tantos cuadernos escritos a lo largo de mi vida ... ¡compañeros de viaje!
1 comentario:
Cómo se abrazan
las elefantas,
ni los colmillos impiden
que sean felices.
Es una escena
muy tierna;
y es aún más interesante
no tener trompa,
para mejor abrazarse.
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