
En una mañana radiante
aparece vestida de blanco.
Sin embargo,
una tristeza profunda
me sobrecoge al instante.
Recuerdos: cuando viajaba
de niña, miraba las nubes
y jugaba con ellas,
se formaban mil figuras
diferentes con las que soñaba.
Hoy, la ilusión de entonces
ha bajado a mi morada
y me he dado cuenta
que se sitúa muy lejos…
como aquello de la infancia
ahora es mi añoranza.
M. Godúver
1 comentario:
Si hubiera un museo de nubes
sería un museo de instantáneas,
ya que las nubes se acaban deshaciendo
como el pasado, dejando sólo
una insignificante gotita de agua
o un soplo de viento, o nada.
Publicar un comentario