viernes, 20 de enero de 2012

SEMBLANZA IV


En Nueva York nos cuentas

que eres poeta,

describes a tu manera

a las mujeres que te rodean,

cuentas la tragedia del torero

como si fueras uno de ellos.

Acercaste la cultura al pueblo,

disfrutaste con tus compañeros

en “la colina de los chopos”.

Te sacaron a la fuerza

del domicilio de los Rosales

y dicen algunas lenguas

que te encuentras bajo los olivares.

Te lo arrebataron todo,

a una edad tan temprana

te cerraron las ventanas:

la muerte disparó plomo

y sangraste como el Camborio.



M. Godúver



2 comentarios:

viky frias dijo...

Los limones de Camborio
no llegaron a Sevilla;
cortaron el limonero,
¡ay Federico García!
Cuántos versos prometidos,
cuántas comedias galanas
se perdieron para siempre
junto a Granada.
Dispararon los fascistas
sus cerraduras de plomo,
cayó el poeta a la tierra
que desde entonces fue oro.

Anónimo dijo...

La envidia siempre mata, la envidia tiene comida segura en los amores cercanos.