En Nueva York nos cuentas
que eres poeta,
describes a tu manera
a las mujeres que te rodean,
cuentas la tragedia del torero
como si fueras uno de ellos.
Acercaste la cultura al pueblo,
disfrutaste con tus compañeros
en “la colina de los chopos”.
Te sacaron a la fuerza
del domicilio de los Rosales
y dicen algunas lenguas
que te encuentras bajo los olivares.
Te lo arrebataron todo,
a una edad tan temprana
te cerraron las ventanas:
la muerte disparó plomo
y sangraste como el Camborio.
M. Godúver
2 comentarios:
Los limones de Camborio
no llegaron a Sevilla;
cortaron el limonero,
¡ay Federico García!
Cuántos versos prometidos,
cuántas comedias galanas
se perdieron para siempre
junto a Granada.
Dispararon los fascistas
sus cerraduras de plomo,
cayó el poeta a la tierra
que desde entonces fue oro.
La envidia siempre mata, la envidia tiene comida segura en los amores cercanos.
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