Se oían rezos en el interior
de la casa de mis abuelos.
“Santa Bárbara bendita…”
El miedo cerca de ella no
no existía, ensimismada
en sus diferentes tareas
demostraba valentía.
En agradecimiento a quienes nos legaron o legan sus escritos, de manera especial a mis maestr@s. Me vienen a la memoria tantos y tantos cuadernos escritos a lo largo de mi vida ... ¡compañeros de viaje!
1 comentario:
Trabajo, más trabajo.
¿Será el miedo una emoción
para desocupados?
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