Trayectos cortos
los fines de semana.
Los hermanos
atrás en el coche.
Se oían sus tonos de voz
como a lo lejos, la madre
asentía siempre.
Yo jugaba con las nubes.
En agradecimiento a quienes nos legaron o legan sus escritos, de manera especial a mis maestr@s. Me vienen a la memoria tantos y tantos cuadernos escritos a lo largo de mi vida ... ¡compañeros de viaje!
1 comentario:
Qué fácil jugar
cuando la madre vela.
Qué difícil cuando se ha ido
y nadie asiente ni vigila.
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