Igual que el santo
fue labrador,
pero no tuvo su suerte
de ver arar
solos a los bueyes.
Trabajó de sol a sol
en el campo, en las eras
o con el coche
por las carreteras mirando
de un lado a otro por
aquello del informe.
En agradecimiento a quienes nos legaron o legan sus escritos, de manera especial a mis maestr@s. Me vienen a la memoria tantos y tantos cuadernos escritos a lo largo de mi vida ... ¡compañeros de viaje!
1 comentario:
Antes no había suficientes ángeles
para atender a tantos labradores.
Nuestros padres se las arreglaron solos.
Actualmente los ángeles
envían maquinaria
y se desentienden
del campo.
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