El encuentro íntimo
lo concibo
como un llegar
hasta las entrañas.
Entretenida con mis versos
te he esperado
como a un viajero
de antaño.
¡El mito
se ha transformado!
Puedo ser tu hombro…
para que descanses
de tus batallas,
para que me cuentes
tus hazañas,
para reconocernos
cara a cara.
Puedo ser tu amante…
la que espera
en calma,
la que se entrega
en cuerpo y alma,
la que te quiere
sin esperar nada.
.
M. Godúver
sábado, 13 de septiembre de 2008
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