sábado, 7 de febrero de 2009

DE CIGARRAS Y HORMIGAS

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Un día, para poder sobrevivir,
me inventé una historia
y, como nos han dormido
con todos los cuentos,
no dejó de ser otro cuento.
Era el cuento de:
El Príncipe que todo lo puede
y la Hormiga poca suerte
.
Si ya estaba fuera de sospecha
para seguir jugando
a los roles de género,
a la Cenicienta y
a otras violencias
¿por qué, de pronto,
surge el deseo?,
¿por qué ese interés
por alguien que no puede ser?
Porque era algo así como si fuera
la Cigarra y la Hormiga,
pero para nada,
porque no había una tan hormiga
ni otra tan cigarra.
¿Qué es lo que ocurría?
Quizás éramos como hormigas
y aprendíamos a ser
un poco más cigarras.
..

M. Godúver.

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