
Le gustaba la lectura
y no le interesaba la costura,
se lo podía permitir y dedicó
parte de su tiempo a escribir
novelas, cuentos, ensayos,
libros de viajes; es tanta su producción
que su estudio nos llevaría años
para poderla discernir.
No le abrieron las puertas
de
sí la enmarcaron en la galería
entre otros ateneístas.
Nos legó: La tribuna,
Los pazos de Ulloa,
Un viaje de novios,
Los cuentos de Marineda,
la revista El nuevo teatro crítico
-conocía bien al padre Feijoo-
e incluso una intrigante
novela corta, La gota de sangre.
M. Godúver
1 comentario:
Da gusto tener unos padres complacientes
que se ocupen del dinero y la intendencia,
así cualquiera se puede ir a Madrid
o a recorrer Europa y aprender nuevas técnicas.
Sin quitar importancia a doña Emilia,
inteligente, abierta, amiga de la buena vida,
rápida para captar cosas al vuelo
y plasmarlas en novelas, ensayos y revistas.
Su interés por educar a las mujeres
nos lleva a concluir que es feminista.
Tuvo amantes egregios,
a pesar de ser bajita y algo sobrada de peso;
de su infidelidad a Pérez Galdós
procede su novela “Insolación”.
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