
¿Qué es lo que pasa
con el amor-pasión
que cuando se acaba
seguimos enganchadas?
La costumbre nos apresa,
nos deja sin respuestas.
Si la sexualidad
ya no funciona,
si la afectividad
se deteriora,
¿qué nos anima
a seguir insistiendo?
¿No sería mejor llegar
a pactos
para no hacernos
tanto daño?
¿Qué es eso del enganche
causante de tantas penas?
Al comienzo, encuentros
sin límites y la alegría
constata la dicha.
Cuando llega el momento
de la despedida
todo son lágrimas,
el pasado atenaza
y ya no hay esperanza.
¿Seremos capaces algún día
de vivir con alegría?
Dejemos hoy las teorías,
no son aconsejables
en tiempos de calores,
que tenemos el cerebro
derretido y el corazón,
algunas, partido.
A las amigas sólo nos queda
ofrecernos a escuchar penas,
dejar que reposen su cabeza
y que nos hablen a su manera.
El verano nos recuerda
canciones de otras gestas.
M. Godúver